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Consejos de cultivo

Las recomendaciones que se recogen en este boletín se han establecido a dos niveles. Un primer conjunto de recomendaciones para el trasplante de árboles pequeños de vivero a campo, con el objeto de minimizar el estrés y aumentar el éxito de la plantación. Y un segundo conjunto de recomendaciones generales y preventivas a nivel de manejo en plantaciones con árboles adultos para rebajar lo máximo posible el estrés del árbol, y por tanto, la infección y aparición de síntomas de muerte regresiva.

MANEJO RECOMENDADO PARA DISMINUIR EL ESTRÉS EN ÁRBOLES PEQUEÑOS

1. Plantar los árboles lo antes posible desde la recepción del vivero, evitando tenerlos en almacén sin luz durante más de 3 días. Lo ideal es plantar el mismo día de la recepción o al día siguiente.
2. Evitar plantar en horas de máxima insolación y/o días calurosos (> 30°C) y/o con viento seco (< 30%HR).
3. No enterrar el injerto de la planta ni dejar raíces al descubierto. El terreno y la maceta del vivero deben quedar al mismo nivel (Figuras 1 y 2).

Figura 1. Forma adecuada de plantar árboles jóvenes de aguacate.

Figura 2. Izq. Forma correcta de plantación. Dcha. Raíces fuera del terreno, mal atado y excesivo riego (musgo en el suelo).

4. Tras el trasplante de los árboles es muy importante realizar un primer riego copioso para hidratar el cepellón de la planta (3-4 horas con emisores de 4 litros/hora es suficiente, aunque dependerá de la textura del suelo). Colocar un gotero a 6-8 cm del tronco con caudal entre 2 y 4 litros/hora.

5. En los casos de implantación del cultivo con sistema de riego con goteros integrados, se aconseja instalar 2 tuberías, separación de emisores de 50 cm máximo, pegadas al tronco y disposición de los emisores al tresbolillo respecto al tronco. De esta forma se garantiza que los árboles reciben caudal suficiente para su crecimiento y desarrollo (Figura 3).

Figura 3. Árbol de aguacate con dos líneas portagoteros bajo mulch de paja, una pegada al tronco y otra a 30 cm para la expansión de la raíz. Emisores de 1,6 litros/hora y separados 50 cm.

6. Aplicar productos autorizados con base de caolín a la dosis de 35 g/litro u otro producto reflectante, para evitar los daños producidos por sol, y proteger la base del tronco, preferiblemente, con malla perforada. En cualquier caso, el material empleado debe permitir la libre circulación del aire. No se recomiendan protectores opacos, rígidos y colocados cerca del tronco, ya que pueden alcanzar temperaturas excesivamente altas (Figura 4).

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Figura 4. Protectores no recomendados.

7. Utilizar tutores fuertes, de madera tratada o metálicos, enterrándolos como mínimo a la misma profundidad que el árbol. Ello permitirá una firme sujeción del árbol durante los 3 primeros años. Cuando la madera no está tratada puede pudrirse con facilidad. La caña que acompaña a las plantas de vivero no se considera un tutor firme (Figura 5).

Figura 5. Tutores recomendados para la
sujeción de las plantas.

8. Evitar la incorporación directa de estiércol fresco (sin descomponer) en el hoyo de plantación, ya que puede fermentar y causar daños en las raíces. Otros productos bien descompuestos mejorarán la estructura del suelo y permitirán una buena expansión radicular. El material aplicado se mezclará siempre con la tierra de rellenado del hoyo de plantación.

MANEJO RECOMENDADO PARA EVITAR EL ESTRÉS DEL ÁRBOL ADULTO

1. Utilizar plantas de calidad procedentes de viveros contrastados, que aplican protocolos de desinfección y que obtienen su material de injerta (varetas) de plantas madre tratadas y testadas.

2. Evitar los encharcamientos, ya que el aguacate es una planta muy sensible a la asfixia radicular. Un exceso de agua provoca la pudrición de las raíces y un amarilleamiento (clorosis) general del árbol. Se recomienda el uso de tensiómetros o sondas de humedad para el manejo del riego. Un mal manejo, tanto por exceso como por defecto, provoca estrés al árbol, con síntomas muy parecidos y, como consecuencia, una mayor floración en la primavera siguiente.

3. La utilización de aguas de riego de baja calidad puede favorecer el desarrollo de síntomas en árboles infectados por el hongo aéreo.

4. Prevención de la propagación de la enfermedad mediante la desinfección de las herramientas de poda (alcohol 70% o bien agua con lejía al 25%).

5. Aplicar poda de prefloración en octubre-noviembre y/o febrero para equilibrar el árbol. Si fuera necesario, se realizará un segundo pase de poda 20-25 días más tarde.

6. Aplicación de compuestos fortificantes y estimulantes. Los resultados obtenidos en este estudio preliminar mostraron que la aplicación de BTL Soil Force cada 15 días desde marzo hasta mayo a las dosis: BTL Soil Force 0,5% + Aminolon 1cc/litro (5 aplicaciones en total), disminuyó la incidencia de los síntomas de forma consistente.

7. Sanear y cortar las ramas secas y enfermas en días con poca humedad relativa.

8. No incorporar al suelo restos de ramas secas procedentes de árboles enfermos. Lo que se recomienda hacer con los restos es una de estas dos opciones:

      • Poner plástico transparente en el suelo y depositar todos los restos de poda, posteriormente cubrirlos con el mismo plástico y sellarlo por los laterales (Figura 6). Esto tiene que permanecer así los meses de más calor (junio, julio, agosto y septiembre).
      • Proceder a la quema de los restos siempre y cuando se disponga del permiso de la autoridad competente, y con los medios de protección que se autorice.

9. Aplicar pasta cicatrizante a las heridas de poda, injerto, anillado, así como si se realiza una inyección al tronco (Figura 7).

Figura 6. Manejo de restos de poda procedentes de árboles enfermos utilizando cubierta de plástico.

Figura 7. Árboles podados a los que se les ha aplicado pasta cicatrizante.

EN RESUMEN

Si partimos de un árbol sano, la mejor herramienta para la lucha contra las pérdidas causadas por esta enfermedad son las prácticas agronómicas; esto significa hacer un buen manejo del riego, poda, fertilización y control de plagas. Todo ello con el único objetivo de disponer de árboles equilibrados, minimizando al máximo el estrés de la planta. Si el árbol no sufre estrés o éste es el menor posible, el árbol tendrá suficientes recursos para defenderse de la enfermedad, y por tanto los síntomas serán escasos o nulos.